La incredulidad de Santo Tomás. 1601-02. Caravagio.
Óleo sobre lienzo , 107 x 146 cm. Sanssouci, Potsdam (Alemania)
LA PINTURA BARROCA: El lenguaje de la pintura barroca.
Una aproximación a las características generales.
El interés persuasivo de la iglesia católica (nacido del espíritu del Concilio de Trento), los intereses propagandísticos y políticos de la monarquía absoluta y la valoración de la burguesía protestante de lo individual y lo cotidiano, determinan la principal cualidad de la pintura barroca: su vinculación a la realidad. Esta vinculación es también consecuencia de una evolución estilística: cuando en los últimos años del siglo XVI la justificación puramente estética y el consciente antinaturalismo del manierismo, agotan sus cauces expresivos, los artistas barrocos usan la novedad formal plasmando en sus obras aquello que el manierismo rechazaba: la realidad y la naturaleza.
Debido a la variedad nacional y al independiente desarrollo de las escuelas pictóricas, no son muchas las notas comunes que caracterizan a la pintura barroca, no obstante, podemos señalar las siguientes:
- Realismo. Se buscan los modelos de la naturaleza, sin proceder a su idealización, incluso llegando al naturalismo. La preocupación por la representación del estado psicológico, de los sentimientos o afecti (dolor, alegría), está en la línea de esta representación naturalista de la realidad.
- Predominio del color sobre el dibujo. En los grandes maestros las manchas son las definidoras de las formas (Velázquez o Rembrandt). Se pintan las cosas como se ven en la realidad, con manchas de color y luz, perdiéndose los detalles y con el contorno no precisado.
- Profundidad continua. Se abandona el rigor de la perspectiva lineal para la representación del espacio y de la profundidad. Para obtener la sensación de profundidad los procedimientos utilizados pueden ser líneas convergentes, series de escorzos, un primer plano desmesurado, un primer plano oscuro, juegos de luces, plasmación de efectos atmosféricos, etc.
- Hegemonía de la luz. Se abandona el esfumato de Leonardo, para pasar a planos de luz y sombras donde las formas se dibujan con gran precisión. El barroco es el arte de plasmar pictóricamente la luz y, en correlación, la sombra juega un papel hasta entonces inédito, especialmente en los primeros ensayos del estilo que han venido a denominarse Tenebrismo. En el Barroco la forma se subordina a la luz, y, en algunas ocasiones, las formas pueden desvanecerse por debilidad o intensidad del centelleo luminoso.
- Libertad en la composición: predominan las composiciones asimétricas y atectónicas. La tendencia instintiva a colocar la figura principal en medio y a pintar dos mitades de telas semejantes (simetría) se pierde; de la misma manera que se desecha la malla de horizontales y verticales del arte clásico (composición tectónica). Se prefiere todo aquello que muestre desequilibrio o sugiera que la escena continúa más allá de los límites del marco. Esta composición atectónica se consigue mediante las líneas diagonales que sustituyen a las composiciones piramidales del siglo anterior; a veces se usan formas partidas que indiquen que no todo cabe en la tela.
- Preocupación por plasmar el movimiento. La pintura barroca es la pintura de la vida y ésta no puede representarse bajo formas estáticas. La turbulencia se antepone a la quietud; las figuras son inestables y los escorzos y ondulaciones se multiplican. A veces este movimiento no existe y el exceso de quietud y austeridad se debe relacionar con el deseo de vincular la obra con la trascendencia religiosa.
- Técnicas. La importancia del color y el deseo de mostrarlo en toda su brillantez hace que se abandone el temple y se generaliza el óleo y el uso del lienzo, a veces de grandes proporciones y la pintura sobre tabla casi se abandona. La técnica del fresco se sigue utilizando para la pintura decorativa de las paredes o de las bóvedas.
- Temas. Aquí es donde la multiplicidad de escuelas provoca una absoluta variedad en los temas. En los temas religiosos abundan las representaciones de la Virgen, como Inmaculada Concepción, la Piedad, los pasajes evangélicos más relevantes, la caridad, los sacramentos (en especial la penitencia y la eucaristía), las series sobre la vida de los santos y sus experiencias religiosas, la visión de la muerte (vanitas), etc. destacando la pintura española en este repertorio. El desnudo es proscrito de las representaciones religiosas, persistiendo únicamente en las alegorías y mitologías. La fábula pagana se cultivará en Francia y Flandes. Los holandeses destacarán en el retrato de grupo y el paisaje se convierte en género independiente y, dentro de él, temas especiales como escenas realistas: de interiores y de vida cotidiana, marinas, batallas navales, etc. También se desarrolla el cuadro de arquitectura, el bodegón, los de naturalezas muertas. En conclusión: la variedad temática no excluye una cierta especialización nacional, según se esté en los ambientes católicos de la Europa mediterránea o en los ambientes burgueses y protestantes de la Europa del norte.
A pesar del gran desarrollo que la pintura barroca tendrá en toda Europa, Italia vuelve a ser el escenario donde se producen las primeras innovaciones. Habrá que destacar tres grandes corrientes:
- La tendencia clasicista, representada por Anibale Carraci, donde la tensión entre el realismo naturalista y el clasicismo idealizante, serán una constante. Hay que reseñar la fundación de la Academia de Bolonia (Los Incamminati, los encaminados hacia la auténtica pintura, por oposición al tenebrismo naturalista).
- La pintura decorativista, que se sigue sirviendo del fresco, apta para la decoración de techos y bóvedas. Destacan los grandes rompimientos de gloria, con inéditas perspectivas celestiales que rompen el techo y conectan el cielo con la tierra.
- El Tenebrismo naturalista representado por Caravaggio, el verdadero artífice de la revolución pictórica que representa el Barroco. En este autor y su obra centraremos nuestro trabajo. La obra que nos sirve de cabecera es una buena aproximación a su estilo atrevido y rupturista, donde la luz se convierte, junto a los personajes que subraya o matiza, en el elemento clave de la obra.
Y una PPT:
La información que nos proporciona el libro de texto sobre la pintura barroca italiana (LAS IMÁGENES DEL BARROCO), puede resultar suficiente para hacerse una idea de las tendencias pictóricas imperantes en la Italia barroca. Para un conocimiento general de las características de la pintura barroca puede servirnos el documento que contiene esta entrada, pero será preciso profundizar en cada una de las escuelas nacionales y, sobre todo, en la obra y estilo de los grandes maestros. Empezaremos por Michelangelo Merisi (1573-1610), llamado Il Caravaggio, considerado el auténtico innovador del estilo pictórico. A pesar de su breve y agitada vida, sus obras contienen todo lo necesario para comprender y disfrutar de la pintura barroca.
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