9/30/2009

REVISA TUS COMENTARIOS DE ESCULTURA: EL ARA PACIS DE AUGUSTO


LOS RELIEVES DEL ARA PACIS (FRAGMENTO)
ficha técnica:
Relieve del Ara Pacis de Augusto. (13-9 A de C.). Roma. El “Altar de la Paz” fue promovido por el Senado romano para conmemorar los triunfos del emperador Augusto en Hispania y la Galia. Se situó en el Campo de Marte. El estilo histórico es el del relieve histórico-narrativo romano, dentro de la época del Alto Imperio. Se trata de uno de los relieves realizados en mármol blanco que decoran el exterior del altar.

El contexto histórico:
Era el año 13 a.C. Los recientes triunfos de Octavio, que será el primer emperador romano, en la pacificación de los territorios de Hispania y Galia, llevarán al Senado a promover la realización de esta obra, dotada de un profundo contenido simbólico y propagandístico. El primer emperador será comparado con Eneas, mítico fundador de Roma, y con él la ciudad entrará en una nueva Edad de Oro, que será cantada, entre otros poetas, por Virgilio. El nuevo gusto por el mármol, las formas del relieve y los detalles de la vestimenta, definen el clasicismo propio de estos primeros tiempos del imperio. Esta obra recuerda los frisos del Partenón realizados por Fidias en el s. V a de C.

Descripción y análisis formal de la obra:
El ara se alza sobre un alto pedestal escalonado, dentro de un recinto murado de 11 por 10 metros, casi cuadrado, y con dos puertas de acceso, una al este y otra al oeste. Al interior está decorado con relieves de guirnaldas de frutos y flores, símbolo de la prosperidad. En los relieves exteriores encabezaba Augusto una larga procesión que, como la de las Panateneas en el Partenón, se dirigía en dos columnas a la puerta del templo. En los relieves se podía ver al Princeps, a su familia, a sus amigos y colaboradores -Mecenas entre ellos- dirigiéndose al sacrificio en solemne cortejo. Un senado agradecido y un pueblo regenerado asistían al acto, realizadas las escenas con un sobresaliente naturalismo, aunque en un contexto de serena idealización. En los frisos laterales se representa la procesión de la familia imperial y otras personalidades (magistrados, senadores, sacerdotes, etc.), que desfilan silenciosamente, imbuidos de una severa gravedad.
La procesión se enmarca en un espacio rectangular y de forma apaisada; en él, la perspectiva y el uso de distintos planos de intensidad en el relieve y modelado de las figuras, le permiten al autor representar de forma jerarquizada a estos personajes; en un primer plano los principales, en planos inferiores los secundarios. La procesión cíviva no resulta pesada, a pesar de la solemnidad y gravedad del acto, ya que los personajes dialogan entre ellos y se relacionan de manera dinámica. Los niños, situados en el primer plano de la composicion, sobresalen más y convierten sus pies en anécdota. Las figuras, en su conjunto, han sido representadas de forma naturalista, aunque algo idealizadas, y están individualizadas (son retratos), pudiéndose distinguir a Tiberio, Augusto y a su esposa Livia. Los personajes así representados siguen la tradición romana del retrato, tan importante en la representación de los personajes públicos. Los paños han sido tratados con naturalidad, acentuándose así el naturalismo de la composición.

Interpretación y contextualización de la obra:
El relieve histórico romano, caracterizado por su carácter narrativo, recrea con gran realismo y vivacidad escenas (históricas) que subrayan la grandeza del imperio. Estos relieves se esculpen en grandes monumentos conmemorativos, como la obra comentada o en columnas conmemorativas y arcos de triunfo. Los relieves se subordinan a los monumentos arquitectónicos en los que se hallan, por lo que el autor ha de adaptar la escena y la narración al marco
arquitectónico.
La obra propuesta tiene una clara intencionalidad política y una función propagandística, además de conmemorativa. La fundación del imperio adquiere carta de naturaleza en este altar, donde simbolicamente se recrea la consagración de la paz. Hay que recordar que el primer emperador puso fin al período de guerras civiles iniciado tras el asesinato de Julio César y que sus campañas militares contribuyeron a sentar las bases de la “Pax romana”, clave en la prosperidad del imperio y en su afianzamiento posterior. Con augusto se iniciaba una nueva “Edad de Oro” y el Senado y el pueblo de Roma quisieron mostrarse agradecidos.
Los autores de estos relieves se inspiraron en los modelos de la época clásica griega, especialmente en los solemenes frisos (relieves) procesionales realizados por Fidias en el s. V a. de C., que decoraban los muros del Partenón. La influencia de este tipo de obras será enorme en la Historia del arte, ya que a partir del Renacimiento se recuperarán las formas descriptivas del
Relieve clásico.

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