Aquí está, en efecto, la dueña de tan hermosas manos. Los enigmas que la envuelven y la atmósfera soñadora que la enmarcan, son parte de este icono de la pintura del Renacimiento. Leonardo nunca quiso desprenderse de ella, a pesar de que fue un encargo ¿por qué? He ahí otro enigma que, tal vez, resolvamos en clase... manteneos a la espera.
Un saludo a todos y felicidades a quienes han disfrutado con el juego.
Tomás: Es una obra que nunca he conseguido disfrutar, siempre rodeade de muchas personas (especialmente japoneses). Saludos desde INICIARTE.
ResponderEliminarEs la mujer intocable. Parece estar como rodeada por una burbuja...
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