5/24/2010

LA PARTE POR EL TODO: DESNUDO LLORANDO

Weeping Nude, 1913. óleo sobre lienzo
(110.5 x 135 cm). Munch Museum, Oslo

¿Quién no se ha angustiado alguna vez ante el inquietante personaje que protagoniza el lienzo conocido como "El grito"? E. Munch, artista al que podemos adscribir a la corriente expresionista, supo interpretar el horror y la angustia que puede atenazar al ser huamano, a través de una pincelada larga y ondulante, sirviéndose de colores cálidos y estridentes. La distorsión de las formas, el uso emotivo del color, los paisajes retorcidos y oníricos, no son una novedad en la pintura occidental, pero Munch logra crear con algunas de sus obras, algunos de los iconos más potentes de la angustia existencial que ha marcado la tragedia del hombre durante el s. XX. El cuadro que presentamos ahonda en la pesadumbre de estar vivo, que diría Rubén Darío, a través de esta desconsolada mujer que, sentada de forma desmadejada sobre un lecho de rojo intesísimo, cubre su rostro, probablemente bañado en lágrimas, con manos y cabello. El trazo grueso y roto, los vivos colores, aplicados en grandes manchas, la indefinición del desnudo, no obstante su preciso contorno, agudizan la sensación de desconsuelo que envuelve a esta mujer. Semanas atrás ya vimos una imagen femenina de gran potencia expresiva: la Magdalena de Pedro de Mena. Aquella mujer, que lloraba desconsoladamente a Cristo muerto en la cruz, era la expresión de un sufrimiento concreto, objetivable y, en consecuencia, asumible. La mujer que Munch pinta nos atrapa con su desconsuelo, pero no nos dice la razón de su llanto, lo que tal vez resulte más perturbador. ¿Cómo comprenderla y consolarla? El carácter torturado y obsesivo de Munch se proyecta en muchas de las imágenes que pinta, así como su particular visión de la mujer, unas veces triste, frágil y desconsolada, y otras fuerte, vigorosa, mujer vampiro ante la que el pintor se asusta.
Si el arte contemporáneo es la expresión de la subjetividad del artista, un vehículo para expresar su particular visión del mundo o de sus obsesiones, no hay duda de que Munch, como ya hiciera Goya en sus pinturas negras, encarna al artista del s. XX.

A continuación, un breve apunte bográfico

EDVARD MUNCH
(Noruega, 1863-1944)
Pintor noruego cuyos cuadros y obra gráfica, tristes y angustiosas representaciones basadas en sus obsesiones y frustraciones personales, abrieron el camino al desarrollo del expresionismo. Nacido en Loeiten, Noruega, el 12 de diciembre de 1863, Munch comenzó a pintar a la edad de 17 años. Una beca estatal, concedida en 1885, le permitió proseguir sus estudios en París durante un breve periodo de tiempo. Veinte años después, en las ciudades de París y Berlín, Munch desarrolló la mayor parte de su producción artística. Tras una primera influencia de la pintura impresionista y postimpresionista, derivó hacia un estilo mucho más personal, obsesivamente apegado a la representación de imágenes relacionadas con la enfermedad y la muerte. La exposición de sus cuadros en Berlín en el año 1892 impresionó de tal modo a las autoridades que decidieron cerrar la muestra. Sin inmutarse por la contrariedad, Munch y sus partidarios trabajaron durante toda la década de 1890 en pro del desarrollo del arte expresionista alemán. De entre toda su obra, la más conocida es quizá El grito (1893, Museo Nacional de Oslo). Ésta, junto con el angustioso Niño enfermo (1881-1886, Museo Nacional de Oslo), reflejan el trauma sufrido por Munch en su niñez al morir su madre y su hermana víctimas de la tuberculosis. Pinta también tristes y melancólicas escenas, como El puente, con figuras lánguidas, de rasgos y rostros indefinidos. El reflejo de sus ansiedades sexuales puede verse en sus múltiples retratos de mujeres, representadas alternativamente, como frágiles e inocentes víctimas o como vampiresas devoradoras de vida. En 1908 su estado de ansiedad alcanzó tal magnitud que hubo de ser hospitalizado. En 1909 regresó a Noruega. La relativa tranquilidad que dominó su vida desde 1909 en adelante tiene su reflejo artístico en los murales de la Universidad de Oslo (1910-1916) y en el vigoroso y brillante colorido de sus paisajes. Aunque los últimos cuadros no son tan torturadores como sus primeros trabajos, su último autorretrato, Entre el reloj y la cama (1940, Museo Munch de Oslo), marca una vuelta a la introspección de años anteriores. Las numerosas xilografías, aguafuertes y litografías que Munch realizó a lo largo de su carrera tienen hoy día una significativa consideración dentro del arte gráfico contemporáneo, un trabajo y un estilo que puede definirse como poderoso, simple, directo y fuerte. Son muy pocos los cuadros de Munch que se conservan fuera de Noruega, entre ellos figura Atardecer. Laura, la hermana del artista de 1888 que se encuentra en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.
Fuente: El poder de la Palabra.

12 comentarios:

  1. La parte por el todo es "El hijo del hombre" de René Magritte. El estilo artístico al que pertenece es el surrealismo.
    Dicho lienzo está cargado de simbolismo. Magritte pintó este cuadro como un autorretrato, aunque el personaje está representado de forma anónima ya que su rostro se tapa con una manzana. El mar y un cielo nublado están a las espaldas del personaje. Aunque Magritte negaba que su pintura tuviera simbolismo, se le considera surrealista. Los surrealistas tenían a Freud como referente para expresar los sentimientos ocultos y el inconsciente, como si fuera un sueño. Así, la niebla podría simbolizar el estado anímico del personaje. La manzana representa la tentación, siendo el personaje el hijo de Adán, según el título. Son las tentaciones de la vida moderna. El bombín, el hombre trajeado y la manzana son elementos normales en las composiciones de Magritte. Así, también hay un lienzo que representa la misma posición pero una mujer, con una flor tapándole la cara.
    Según las propias palabras del artista, hizo este cuadro para denunciar lo fácil que es para nosotros rellenar lo que no conocemos. El hombre para él tiene muchas cosas que no da a conocer, que se tapan, al igual que en el cuadro.

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  2. Esta parte por el todo pertenece a la obra de René Magritte denominada El hijo del hombre. Es una de las obras de René Magritte que más repercusión. En ella, el artista yuxtapone imágenes características de su obra: la manzana, la pared y el personaje anónimo con bombín.

    Sobre la pintura, el gran artista declaró: “Todo lo que estamos viendo esconde otra cosa, nosotros siempre queremos ver lo que está escondido por lo que vemos, pero es imposible. Los humanos esconden sus secretos demasiado bien…”

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  3. Buenas tardes, Tomás.
    Esta parte por el todo pertenece a la obra de René Magritte denominada El hijo del hombre. Es una de las obras de René Magritte de más repercusión. En ella, el artista yuxtapone imágenes características de su obra: la manzana, la pared y el personaje anónimo con bombín.

    Sobre la pintura, el gran artista declaró: “Todo lo que estamos viendo esconde otra cosa, nosotros siempre queremos ver lo que está escondido por lo que vemos, pero es imposible. Los humanos esconden sus secretos demasiado bien…”

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  4. José A. S.8:03 p. m.

    Tomás, la nueva "parte por el todo" es el óleo sobre lienzo llamado El hijo del hombre (Le fils de l'homme), de René Magritte. Data del año 1964 y pertenece al surrealismo. Actualmente, es propiedad privada.
    (Disculpa poner tan poco, pero como solamente dices que si me atrevo...)

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  5. No puedo creer la rapidez con la que algunos responden al reto ¿No descansan nunca estos aplicados alumnos y alumnas?
    ¡Alba, Ignacio, José Antonio! ¡Habéis tardado menos que Aquiles!
    Voy a creer que esto está trucado...

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  6. "El hijo del hombre" fue pintado por René Magritte en 1964. Magritte es un pintor bélga de la corriente surrealista. Es caracterizado por ser provocador, original e ingenioso.
    La obra de este artísta es conceptual y siempre apela a la inteligencia del espectador, buscando siempre la contradicción.
    Según Magritte, hizo este cuadro para denunciar "lo fácil que es para nosotros rellenar lo que no conocemos." El hombre para él tiene muchas cosas que no da a conocer, que se tapan y ocultan, al igual que en el cuadro.



    (No podía olvidar las superposiciones de Magritte en la sesión de hoy.)


    Un saludo!

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  7. José A. S.8:42 p. m.

    Me ofende leer que dices que está trucado, que hoy me he quedado bien tranquilo en casa jugando a la PS3 y pasando de todo, y Alba e Ignacio algo harán juntos... Simplemente, entré a ver si habías puesto mi respuesta de lo anterior y me hallo con el cara-manzana.
    En fin, un saludo a Julián también, que acecha entre las sombras.

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  8. Yaiza, veo que tú tampoco descansas... tampoco yo pude olvidar las suerposiciones que este ingenioso artista realizó en sus misteriosos cuadros; de hecho, durante muchos años, colgó en una pared de mi salón un póster enmarcado de este gran maestro... hasta que una mudanza hizo añicos el cristal!
    Un saludo

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  9. 'The Son of Man' es la parte de la obra realizada por el belga René François en el año 1964.
    ¡el arte de la maravilla!
    (Ya en el 64 estàbamos locos y la cosa sigue aumentando...)

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  10. Ah! y me encanta Man Ray!!!
    Un saludo!

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  11. ¡Madre del amor hermoso! Se pone uno a corregir un momento y ya se le adelanta el regimiento de caballería.

    He aquí a "El hijo del hombre", ese Adán moderno y anónimo que esconde su rostro tras el fruto prohibido, la tentación siempre acechante desde el inicio de los tiempos. Es lo que tiene leer tanto a Freud y ver pinturas de El Bosco, que luego te salen cuadros tan inquietantes y sugerentes como éste (aunque tal vez Magritte diría que "Esto no es un cuadro" (ni pipa)).

    Un saludo a los galgos y al que lanza el conejo perseguido

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  12. ¡Estoy impresionado e inquieto! ¿podéis creer que casi lamento que el curso se acabe? Creo que debo ir al médico y hacérmelo mirar...
    Un saludo a todas las liebres y, por supuesto, al emboscado.

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