Pinturas de la Tumba de Nebamum. Anónima. XVIII Dinastía. British Museum.
Valerosos navegantes, los dioses han querido que no os perdiérais en el laberinto de tumbas del valle de los reyes (y de las reinas). Habéis contemplado, como el Ka inmortal de Nebamum, aquello que fue pintado sólo para sus ojos. Disfrutad, pues, de la hermosa danza de estas jóvenes bailarinas; dejáos llevar por el sonido de las flautas que aún flota entre las secas estancias de la tumba. Estamos contemplando el baile ritual en honor de los difuntos, acompañado con música para celebrar el paso hacia la vida eterna. La muerte, para los egipcios, no era el final sino la puerta de acceso a la vida de ultratumba. Por las pinturas, todo parece indicar que no lo vivían como un trauma sino como una fiesta. O, al menos, eso me gustaría creer.
Desde el punto de vista formal, la pintura ofrece todo el repertorio típico de la pintura egipcia: técnica del fresco retocada con temple, composición en frisos superpuestos (espacio camino), ausencia de profundidad espacial, perspectiva aspectiva en el tratamiento de las figuras humanas, paleta cromática reducida y sin tono cromático, contornos perfilados, fondos blancos, frontalidad, isocefalia, etc. Es, en definitiva, una visión conceptual de la realidad. Los egipcios pintaban las cosas como sabían que eran, no como las veían (Gombrich, dixit).
Espero que hayáis disfrutado en esta búsqueda.
Una maravilla como siempre, preciosa explicacion.
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