1/28/2011
LA PARTE POR EL TODO 18
¿Quién es este misterioso personaje? ¿Dónde está? ¿Quién fue su autor? Indaga y aprovecha lo que ya vas sabiendo sobre arte (y su historia) para demostrar que no se te escapa nadie, ni aun cuando vaya montado. Aceptaré todo tipo de análisis y comentarios y, sobre todo, valoraré vuestra capacidad para establecer analogías y señalar aportaciones.
Buen fin de semana, caballeros andantes.
1/25/2011
LA PARTE POR EL TODO 17
Espero que haya mayor participación en esta ocasión. El reto no es demasiado difícil: averigua a qué edificio corresponde este recorte e identifica los elementos constructivos y ornamentales que el arquitecto utilizó en su creación. No olvides señalar los posibles referentes arquitectónicos del pasado que regresan a través de este edificio.
Ya hemos visto en clase la importancia de Alberti como arquitecto y tratadista, por lo que esta obra nos ofrece un amplio repertorio de argumentos técnicos y formales para fundamentar su estilo. La iglesia, levantada sobre los planos diseñados por el maestro y concluida varios siglos después, se convierte en un modelo que, más tarde, otros arquitectos como Vignola elevarán a la categoría del arquetipo de templo cristiano. La fachada que Alberti diseña es una muestra de la aplicación del arco de triunfo romano como pórtico monumental a un templo cristiano; en realidad el arquitecto, siguiendo el"orden gigante", superpone dos pórticos (de diferente escala) en la misma fachada (como se aprecia en el proyecto original que, finalmente, no fue respetado). El empleo de los recursos formales clásicos (pilastras, entablamentos, frontones, etc.) y la concepción del edificio desde la regularidad matemática y la idea de orden (y proporción: ved cómo inserta pares de pilastras de diferente escala en la fachada, ordenadas de forma simétrica y, las más grandes, elevadas sobre podium para respetar las proporciones), conforman el edificio. La planta en forma de cruz latina (con las naves laterales convertidas en una sucesión de capillas), el uso de la bóveda de medio cañón en la nave central y la cúpula sobre pechinas en el crucero, sientan las bases del modelo de iglesia cristiana que se difundirá por toda Italia y la Cristiandad en los siglos siguientes.
En este blog podéis profundizar en la arquitectura del Renacimiento, con el análisis en profundidad de algunas de las obras maestras vistas en clase:
http://artebajocinca.blogspot.com/2010/02/la-arquitectura-renacentista-comentario.html
1/21/2011
LA PARTE POR EL TODO 16
¡Ya se terminó la Edad Media! al menos en Italia... El detalle en esta ocasión puede resultaros muy familiar, pero no os despistéis: es moderno, nada menos que del s. XV. No os diré más, que ya me parece mucho. En cualquier caso regresamos a tierras italianas, tras un largo invierno septentrional, para solazarnos en esta hermosa............... que contiene todo lo necesario para que demuestres que has entendido qué es eso del "Renacimiento". Identifica el edificio, su planta, su forma externa, los recursos técnico-constructivos, los elementos decorativos, etc. y dí si nos hallamos ante un edificio de ascendencia gótica o esto ya es otra cosa. ¡Que los dioses, de nuevo, os acompañen en vuestro regreso!
1/18/2011
LA PARTE POR EL TODO 15
¿A qué obra pertenece la imagen? ¿Quién fue su autor? ¿Qué representa? Demuestra que las vacaciones de navidad no han destruido tu capacidad de investigación e indaga todo lo que puedas sobre tan misteriosa obra. Una pista: la veremos en breve colgada en una de las salas del Museo del Prado. Confío en que no seáis alérgicos.
En el recorte mostrado tres personajes tocan sus instrumentos delante del matorral que, de forma insólita, crece sobre el heno ya cortado que el carro transporta, mientras un ángel y un demonio los flanquean representados con minucioso realismo. Si contemplamos la imagen completa, veremos que detrás del carro cabalgan el emperador, el rey y el Papa, como si los grandes señores de este mundo tuvieran la costumbre de acompañar solemenmente a la hierba seca ¿Hierba seca? ¡El heno son las riquezas y los placeres de este mundo! (el Bosco siempre tan moralizante). Alrededor del carro se arremolinan hombres y mujeres que, ayudándose de escaleras, ganchos, horcas o de sus manos, intentan arrancar una porción del heno (¿Quién no desea ser feliz?). Pelean entre sí y algunos, en medio del fragor (¿competitividad diríamos hoy?) caen bajo las ruedas del carro. Si nos fijamos, el carro es arrastrado por unas extrañas criaturas; una de ellas, sin ser hombre ni pez, tiene algo de cada una de ellas (¡ Y creíamos que Dalí tenía una mente desbordante e imaginativa!). Son demonios salidos directamente del infierno. Detrás de ellos un grupo de gente se amontona intentando salir de un montículo de tierra con una trampillas de madera. El terreno árido del primer plano se contrapone al opulento paisaje del fondo, en la parte superior del cuadro, tan hermoso y apacible, como si quisiera reconciliar al espectador con el desorden caótico de abajo. Y, en lo alto, sobre un trono de nubes, Cristo resucitado (Dios padre) con los brazos extendidos en un gesto que bien podría ser de exasperación o de escándalo ante lo que sus ojos contemplan. O de impotencia. Cave cave...
El recorte que he elegido es, dentro de la vorágine de personajes y misteriosos y moralizantes significados, tal vez la escena más idílica. Tres personajes en perfecta armonía, un tañidor de laúd ricamente vestido, una muchacha y un muchacho, ambos jóvenes. Pero atención... semioculta en el matorral, se ve a una pareja besándose y alguien que les observa desde detrás de la planta. La composición nos invita a especular sobre las relaciones simbólicas: delante los que se comunican a través de la música (símbolo también de los placeres de este mundo), en el matorral aquellos que pasan a los actos (sexuales, se supone...) y detrás el espía o mirón. Todo es tan enigmático, que sólo algo resulta evidente: el demonio azul perturba la melodía del amor con su trompeta nasal y el ángel eleva los ojos implorantes hacia Cristo. El ángel es la única figura que parece percatarse de la presencia de Cristo; la humanidad, afanada como está en coger su parte del heno (los efímeros placeres de este mundo), vive ajena a ese ojo que todo lo ve. El hombre debe elegir entre el ángel y el demonio... ¿Están firmando un pacto con el diablo? Os dejo para que sigáis mirando esta insólita obra... tan actual ella.
En el recorte mostrado tres personajes tocan sus instrumentos delante del matorral que, de forma insólita, crece sobre el heno ya cortado que el carro transporta, mientras un ángel y un demonio los flanquean representados con minucioso realismo. Si contemplamos la imagen completa, veremos que detrás del carro cabalgan el emperador, el rey y el Papa, como si los grandes señores de este mundo tuvieran la costumbre de acompañar solemenmente a la hierba seca ¿Hierba seca? ¡El heno son las riquezas y los placeres de este mundo! (el Bosco siempre tan moralizante). Alrededor del carro se arremolinan hombres y mujeres que, ayudándose de escaleras, ganchos, horcas o de sus manos, intentan arrancar una porción del heno (¿Quién no desea ser feliz?). Pelean entre sí y algunos, en medio del fragor (¿competitividad diríamos hoy?) caen bajo las ruedas del carro. Si nos fijamos, el carro es arrastrado por unas extrañas criaturas; una de ellas, sin ser hombre ni pez, tiene algo de cada una de ellas (¡ Y creíamos que Dalí tenía una mente desbordante e imaginativa!). Son demonios salidos directamente del infierno. Detrás de ellos un grupo de gente se amontona intentando salir de un montículo de tierra con una trampillas de madera. El terreno árido del primer plano se contrapone al opulento paisaje del fondo, en la parte superior del cuadro, tan hermoso y apacible, como si quisiera reconciliar al espectador con el desorden caótico de abajo. Y, en lo alto, sobre un trono de nubes, Cristo resucitado (Dios padre) con los brazos extendidos en un gesto que bien podría ser de exasperación o de escándalo ante lo que sus ojos contemplan. O de impotencia. Cave cave...
El recorte que he elegido es, dentro de la vorágine de personajes y misteriosos y moralizantes significados, tal vez la escena más idílica. Tres personajes en perfecta armonía, un tañidor de laúd ricamente vestido, una muchacha y un muchacho, ambos jóvenes. Pero atención... semioculta en el matorral, se ve a una pareja besándose y alguien que les observa desde detrás de la planta. La composición nos invita a especular sobre las relaciones simbólicas: delante los que se comunican a través de la música (símbolo también de los placeres de este mundo), en el matorral aquellos que pasan a los actos (sexuales, se supone...) y detrás el espía o mirón. Todo es tan enigmático, que sólo algo resulta evidente: el demonio azul perturba la melodía del amor con su trompeta nasal y el ángel eleva los ojos implorantes hacia Cristo. El ángel es la única figura que parece percatarse de la presencia de Cristo; la humanidad, afanada como está en coger su parte del heno (los efímeros placeres de este mundo), vive ajena a ese ojo que todo lo ve. El hombre debe elegir entre el ángel y el demonio... ¿Están firmando un pacto con el diablo? Os dejo para que sigáis mirando esta insólita obra... tan actual ella.
1/16/2011
LA ALHAMBRA QUE FASCINÓ A MATISSE
Informe Semanal: La Alhambra que fascinó a Matisse
Henri Matisse visió la Alhambra en diciembre de 1910; el programa de televisión española, Informe Semanal, se hace eco de esa visita y de la exposición que, sobre el influjo que ésta tuvo en la obra del genial pintor francés, se exhibe en el palacio de Carlos V, allí mismo...