Vamos a seguir un método de análisis convencional: primero procederemos a la identificación y clasificación de la obra; después, realizaremos una descripción y análisis formal-estilístico de la misma y, por último, comentaremos los aspectos iconográficos e iconológicos de la obra.
Identificación y clasificación de la obra:
Se trata del retrato ecuestre del emperador romano Marco Aurelio. Su tipología corresponde al retrato imperial. Se trata de una obra escultórica exenta o de bulto redondo. El material y técnica con el que sido realizado es bronce dorado al fuego y a la cera perdida, siguiendo la tradición de los grandes broncistas griegos, de la que los romanos son continuadores. La obra fue realizada en el año 176 d. C. durante el Alto Imperio Romano. Se desconoce al autor o autores de esta obra, ya que en aquella época el artista era considerado un mero artesano al servicio del cliente, en este caso el estado romano. La obra estuvo originariamente ubicada en la plaza de San Juan de Letrán, en Roma; durante el Renacimiento, Miguel Ángel, la trasladó a la plaza del Capitolio, en Roma. En todo caso, este tipo de esculturas fueron realizadas para serubicadas en la plaza pública, como parte de la propaganda imperial y de la configuración de la imagen política del emperador.
Descripción y análisis formal-estilístico de la obra:
El emperador Marco Aurelio aparece montado sobre un caballo, retratado en actitudde pasar revista a las tropas. A diferencia de lo que debió de ser habitual (túnica ypaludamentum), el emperador está vestido con la toga del filósofo y con el brazo extendido, en un gesto que más que de saludo al ejército y al pueblo romano, parece un gesto de ofrecimiento o de paz. El rostro del emperador ha sido representado de forma minuciosa con una mezcla de realismo e idealización, como era típico del retrato imperial de la época. Marco Aurelio aparece barbado, como era habitual en el s. II. El conjunto (caballo y emperador) presenta una composición equilibrada y cerrada. La posición centrada del emperador, erguido pero equilibrado, la mano alzada, pero marcando la línea horizontal, en actitud pacífica y no violenta, se complementan con la postura del caballo, con la cabeza y la cola hacia abajo, y la posición de las patas marcando el centro, a pesar de que una de las patas delanteras se halle levantada (posiblemente se posaba sobre la figura de un bárbaro vencido, hoy desaparecida). El jinete monta sin estribos, pues éstos todavía no habían sido introducidos en occidente. El resultado es un grupo cerrado que inspira serenidad, mesura y equilibrio. La figura del emperador está desproporcionada respecto al tamaño del caballo, quizás para resaltar su poder y grandeza. Ambas figuras han sido representadas con suma precisión y riqueza de detalles, desde la anatomía del animal, las crines, la montura, etc. hasta las sandalias o la riqueza de pliegues en la vestimenta imperial, con su juego de luces y sombras, y la naturalidad con la que caen sobre la montura. El conjunto es de un realismo veraz, no exento de idealización por la majestuosidad del porte y la serena actitud del personaje imperial, que no aparece como un héroe militar, sino como un hombre de paz.
Comentario de la iconografía e iconología de la obra:
Desde la época de la República romana ya se realizaban este tipo de esculturas ecuestres, pero será sobre todo con el imperio, cuando se desarrolle, en el marco del retrato imperial, el de emperadores en actitud de revista militar (adlocutio) y extendiendo el brazo en señal de saludo al pueblo y al ejército. La única obra que ha llegado hasta nosotros con este esquema fue la de Marco Aurelio (en bronce dorado al fuego), el resto se han perdido, dada la costumbre de fundir el bronce para reutilizarlo y el carácter pagano de estas esculturas. Este emperador era un hombre pacífico y de razón, y así aparece retratado, no con los atributos militares, sino con la toga del filósofo que domina con la razón. El simbolismo se reforzaba con la presencia de la figura de un bárbaro que se hallaba bajo el caballo, hoy desaparecido, según algunos historiadores.
Marco Aurelio Antonino Augusto, apodado el sabio, nació en Roma en el año 121; fue emperador desde el año 161 hasta su muerte en el año 180. Fue el último emperador de los llamados Cinco Buenos Emperadores (y el tercer emperador de origen hispano); está considerado como una de las figuras más representativas de la filosofía estoica romana, de ahí que se le represente con la túnica del filósofo, como una clara referencia a su dimensión intelectual y no sólo político-militar. A pesar de su talante pacifista, su reinado y gobierno estuvieron marcados por los conflictos militares en Asia, frente al Imperio Parto y en Germania, frente a las tribus bárbaras asentadas en el limes Germanicus, en la Galia y en río Danubio. La obra más significativa de M. Aurelio, como filósofo, fue la titulada "Meditaciones", escrita en griego helenístico, durante las campañas militares de la década de 170. Está considerada como un monumento al gobierno perfecto. La muerte de este emperador es el hito histórico que marca el fin de la época de mayor prosperidad del Imperio Romano, conocida como la Pax Romana.
Podemos considerar, en consecuencia, el retrato del emperador como un retrato psicológico, además de político, ya que Marco Aurelio ha sido representado en actitud pacífica y no violenta, como un filósofo que domina con la razón y no con la fuerza, a la figura del bárbaro bajo las patas del caballo (hoy desaparecido). Es la imagen del estadista pacifista (a pesar de que la mayor parte de su reinado lo pasó guerreando contra los enemigos del imperio). La imagen transmite la idea de un poder sereno y sabio, mesurado, coherente con su función propagandística y política, ya que refuerza una imagen determinada del poder imperial romana, entonces en la cúspide y plenitud del imperio.
Su influencia histórica será decisiva en la configuración del retrato ecuestre en el Renacimiento, como se aprecia en el retrato ecuestre del condotiero Gattamelata, de Donatello, o en el Colleone, de A. Verrochio. Ambas obras serán decisivas, además, en el desarrollo posterior de este tipo de retrato militar, político y propagandístico durante elBarroco y hasta época más recientes, en las que el poder (militar o monárquico) se revistió de la pompa y circunstancia de esta tipología para enaltecerse. Si una obra de estas características ha sobrevivido es, según algunos, porque fue confundida con la estatua ecuestre del emperador Constantino, el que legalizó el culto cristiano.
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