2/07/2020

EL ALTO RENACIMIENTO Y EL MANIERISMO: EL CONTEXTO HISTÓRICO

    Aunque las grandes líneas trazadas en la introducción histórica general al Renacimiento pueden ser válidas para entender esta etapa de la historia del arte en su conjunto, conviene destacar aquellas circunstancias que, de manera más concreta, favorecieron el desarrollo de esta segunda etapa, ya de madurez o clasicismo, que llamamos Cinquecento o Alto Renacimiento.


Esto es lo que dice la wikipedia:
Alto RenacimientoRenacimiento maduroRenacimiento pleno o Renacimiento clásico es el periodo culminante o de apogeo del Renacimiento, que comprende los años finales del siglo XV y las primeras décadas del siglo XVI. Pueden utilizarse como hitos históricos para delimitarlo el descubrimiento de América (1492) y el saco de Roma (1527); y como hitos artísticos, para iniciarlo La Última Cena de Leonardo da Vinci (1495-1497) y para terminarlo la muerte del propio Leonardo (1519), la de Rafael Sanzio (1520) o una obra culminante del tercero de los grandes protagonistas del periodo: la Capilla Medicea de Miguel Ángel (1520-1534).

Dada la traslación del foco artístico desde Florencia a Roma, la capital del Papado, quizás te interese profundizar en lo que por aquella época sucedía allí.
Lee este otro apunte, extraído de: //elcomercio.pe/jozp1987/permalink/64286694

EL ALTO RENACIMIENTO EN ROMA

I. Contexto histórico y el rol particular de la Iglesia Católica
A finales del siglo XV e inicios del siglo XVI Florencia, que en el cuatrocento había sido el centro artístico de mayor fama, pasará esta denominación a Roma dando comienzo al cuatrocento.
Los diversos problemas que ocurrían en Florencia como el ascenso de Pietro Soderini , la ejecución de Savonarola ( opositor de la Iglesia de aquella época) y el destierro que tuvo el hijo del fallecido Lorenzo de Medici, Piero de Médici contribuirán al declive de un adecuado contexto para el desarrollo cultural y artístico. Muy por el contrario al que estaban creando los Papas en Roma, un ambiente más satisfactorio para el nuevo arte.
En la Italia de aquella época las familias que gobernaban presentaban reminiscencias principescas y en el papado de Roma se manifestara clara, en su organización, estos ideales sociales, los cuales arbitraban el arte y la cultura como forma de prestigio.
La aristocracia Romana que surgía de esta sociedad se componía de tres grupos claramente visibles. Como principal poder se tenía la Corte del Papa junto a los parientes del Sumo Pontífice, los clérigos de alto rango y las diversas personalidades pontificias. Este grupo poseía el poder económico. El segundo grupo se vio representado por los banqueros y comerciantes que poseían poder económico. Esto se vio favorecido por ser Roma el centro de la administración financiera del Papado. El tercer grupo aristocrático de la época se conformaba por los miembros de las antiguas familias romanas, sirviéndose de este prestigio solamente ya que se veían empobrecidas y no tuvieron repercusión en la vida artística.
Al retornar los papas a Roma encontraron un ambiente en el que las artes eran moribundas junto con el prestigio cultural. Sin embargo con su llegada este ambiente comenzara a cambaiar y prosperar. Fue en la época del Renacimiento en la que gracias al mecenazgo de los papas, en la cual sobresale el Papa Julio II, se logra atraer artistas de diversas partes y lograr su auge en esta ciudad, contrario de la época del Quattrocento en la cual solo servían como artistas temporales, a inicios del siglo XVI los artistas se establecen en Roma.
Sin embargo esta magnificencia y prestigio papal tuvo como visión una majestuosidad que iba dirigida al Papa y a su séquito de señores eclesiásticos. Esto se ve en los grandes proyectos de construcción y decoración de sus palacios. La corte papal de este modo lograba acercarse a los altos cargos como señores eclesiásticos dando lugar así a pugnas entre ellos. Todo esto tuvo su auge durante el papado de León X.
En este contexto el poder del papa se vio enfrentado con los reformistas los cuales se oponían ferozmente al poder del Papa. El papado vio reducido sus ingresos con el auge de este presente en la formación del protestantismo dando lugar a confiscaciones de algunas de tierras y rentas Papales, viéndose esto en las regiones del norte Europeo. Esto llevo a la disminución de los ingresos a Roma obligando de esta manera a incrementar la dependencia financiera de los Estados Pontificios de la región central de Italia como base central de la recaudación. Esta situación llevo a que los Estados Papales quieran expandirse bajo el papado de Julio II, En esta época se dieron campañas expansivas para consolidar su poder. En este proceso de expansión, la corte papal dio una imagen principesca, déspota y acciones como recaudadores de impuestos. Al llevar a cabo esto pretendían fortalecer su autoridad, incrementar su eficiencia burocrática y poder diplomático.
Además de esta intención de poderío, la organización interna papal estuvo invadida por la corrupción de sus miembros. Los diversos cargos eclesiásticos se compraban, se realizaban nombramientos entre familiares de Pontífices, se heredan grandes propiedades las cuales pertenecían a la Iglesia. Así, también por un determinado precio se obtenía el perdón de cualquier pecado mediante la compra de las indulgencias, supuestamente aliviando el sufrimiento que se aplicaría en el Purgatorio. Con este criterio mercantil se dejaba de lado a la clase popular o no se le daba atención por no tener suficiente dinero.
Pero el papado tuvo sus enfrentamientos contra los reformistas por tal se creaban diversos concilios mostrando en ellos la necesidad de una intención reformista, sin embargo el papado tenía el control representativo de esta manera controlaba las oposiciones que surgían contra su primacía.
Para justificar su poderío, los Papas y el alto clero vieron en el pasado Romano un pretexto viable. Esto se hace notar en las diferentes construcciones y decoraciones de tendencia clásica que se construían. Manifestando diseños de la Antigüedad Clásica. De esta manera el Papa Julio II recurrió a esta imagen de señor imperial para poder justificar sus actos de poder supremo.
Al llegar a su declive el Renacimiento el poder papal se veía enfrentado por la Reforma que se vio liderara por diversas personalidades como Lutero, pero controladas por la Contrarreforma la cual suponía una renovación de la Iglesia Católica a fin de adecuarla al avance científico y cultural de la época y la intención de detener el avance del protestantismo.
Ya hemos comentado en clase la importancia de la ruptura de la Iglesia Católica para entender la crisis del Renacimiento y el surgimiento del espíritu contrarreformista que acabará alumbrando el arte del Barroco. Desde ese momento Europa también se dividirá en dos, la de los imperios católicos con España a la cabeza y la de los países protestantes del norte de Europa, cuyo enfrentamiento sangriento dará lugar a las Guerras de religión durante los siglos posteriores.
LEE lo que se dice en el grupo CREHA sobre los hechos que marcarán la crisis del Renacimiento:
LA CRISIS DEL RENACIMIENTO
Dos hechos van a marcar a partir de la tercera década del S. XVI una transformación paulatina pero irreversible, del contexto histórico del periodo renacentista.
Si durante el S. XV y el comienzo del S. XVI, la estabilidad económica y social, sobre todo de las repúblicas italianas, permiten un florecimiento artístico y cultural sin precedentes, la situación cambiará progresivamente a partir de 1530.
En primer lugar se asiste al creciente poderío imperial de Carlos V, que transforma el equilibrio de poder en toda Europa y también en Italia. Por otra parte, la corrupción y la degeneración a la que habían llegado los Papas de este periodo hacía inevitable una respuesta religiosa de las bases que derivará en el cisma entre católicos y protestantes.
La victoria de Carlos V en Pavía frente a Francisco I de Francia, no sólo supone la implantación de un poder imperial en Europa, sino que su prolongación en el Saqueo de Roma de 1527, establece el origen de la decadencia de las repúblicas italianas que hasta entonces habían monopolizado la expansión económica y unido a ello, un mecenazgo artístico de tanta brillantez. Italia queda así controlada por tres grandes poderes, el de Venecia, única república que mantiene su poderío; la autoridad imperial de Carlos V; y los Estados pontificios, otro poder imperial en sí mismo.
La situación histórica es por tanto muy diferente a la del siglo anterior, e irá agravándose según avance el siglo. Primero desde el punto de vista religioso, porque lo que empezó como una protesta del monje Lutero, se va a convertir en una ruptura de la cristiandad europea en toda regla, y porque cuando esta sea irreversible, la Iglesia Católica iniciará su propia Contrarreforma, que desde el punto de vista artístico supondrá un freno drástico a la libertad creadora que hasta entonces habían tenido los artistas del Renacimiento.
En segundo lugar está la propia crisis política que la crisis religiosa lleva consigo, porque la división en estados católicos y protestantes, derivará en un constante enfrentamiento entre ellos, que finalmente desembocará en las guerras de religión.
Por último, aunque la economía sigue teóricamente su expansión, y más con la aportación económica de las expediciones americanas, ya en el último cuarto del S. XVI se advierte un creciente aumento de la inflación, que incluso en la España de Felipe II, rebosante del oro americano, llegará a generar hambrunas entre la población humilde. Se trataría por tanto de un primer síntoma de la crisis económica que asolará Europa en el siglo siguiente, y que impulsará una política económica mercantilista, que a su vez generará no pocos recelos y desconfianzas entre los países.
Se trata por tanto de una época de crisis en muchos aspectos, y el arte refleja esta crisis a través de un movimiento como el Manierismo, que al romper con el clasicismo del Cinquecento, está rompiendo también con una visión serena y apacible de una época complaciente como era la del Alto Renacimiento.
Pero esta época se ha acabado y el arte refleja esa crisis a través de un arte, como es el Manierismo, que también puede considerarse como un arte de crisis. Y lo es porque se trata de un movimiento que pone en cuestión muchos conceptos artísticos anteriores y alumbra otros nuevos, pero llenos de contradicciones, de exageraciones, y de un apasionamiento, que está muy lejos de ser una expresión equilibrada y armoniosa, como los son todas las etapas clásicas que coinciden con épocas de estabilidad.
En el resto de Europa, el Renacimiento italiano se extiende como una influencia imparable por todo el continente, aunque no en todos los países cuajará con la misma intensidad. En algunos el clasicismo del Pleno Renacimiento se asentará felizmente, prolongando sus maneras en el tiempo, caso de Francia, en otros el lenguaje clásico encuentra más reticencias frente a un lenguaje medieval que pervive largamente en el tiempo, caso de España, donde habrá que esperar al arte más convulso del Manierismo para encontrar esa influencia italianizante.

Y todo esto lo puedes sintetizar a partir del siguiente esquema visual:



2 comentarios:

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  2. Anónimo11:40 p. m.

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