• ¿Cuáles eran las funciones del arte en el contexto social y político del momento? (Se refiere al arte Neoclásico).
• Relaciona el impresionismo con la sociedad de la segunda mitad del s. XIX y resalta su importancia como aportación a las vanguardias del s. XX.
• Explica el contexto social y económico en el que se desarrolló esta arquitectura (en referencia a la arquitectura de los nuevos materiales y al modernismo).
• En qué coyuntura históticoartística se desarrolla el cubismo y cuáles son las principales influencias que recibe?
Observaciones:
La lectura de las preguntas nos obliga a establecer distintos momentos: el Neoclasicismo, estilo con el que se cierra el s. XVIII y se inicia el s. XIX y la época contemporánea; y los diferentes estilos o corrientes artísticas que se desarrollaron a lo largo de los s. XIX y principios del XX, hasta el nacimiento de las primeras vanguardias.
Sobre el Neoclasicismo no hay duda: tenemos que situarnos en la época de la Revolución Francesa (1789-1799) y el Imperio Napoleónico (hasta 1815 aprox.). Pero la explicación del contexto exige que aclaremos algunos rasgos de la cultura de las décadas precedentes: la Ilustración (como movimiento intelectual crítico con el antiguo régimen, sentará las bases ideológicas y culturales de la revolución liberal), la Razón como instrumento de conocimiento frente a la fe (religión), el despotismo ilustrado y la fundación de Academias y Museos, que fomentarán el respeto a la norma y al buen gusto, etc. Habremos de explicar el sentido del término “neoclasicismo” como recuperación de los valores ideológicos y estéticos de la Antigüedad, la imitación de sus formas arquitectónicas y escultóricas, en un intento de conectar la nueva República Francesa o el Imperio Napoleónico con la República romana o el imperio de los césares. El arte concebido no sólo como propaganda de ciertos valores o ideales, sino como instrumento educativo del pueblo. La función del arte en este época nos remite, pues, a un momento de profundas transformaciones políticas, ideológicas y culturales, que sentarán las bases del estado liberal y burgués, quebrando definitivamente el influjo que la Iglesia había detentado durante siglos en el campo del arte. El artista y el arte afirmarán los valores de la nueva sociedad, rompiendo con los valores del Antiguo Régimen.
Por lo que se refiere al arte del s. XIX, hay que explicar las líneas básicas de los procesos políticos y económicos del siglo: la revolución burguesa y la construcción del estado liberal, por un lado; y la revolución industrial, con los avances técnicos y transformaciones económicas y sociales que genera, por otro. La nueva sociedad burguesa, las luchas de clases el desarrollo de la clase obrera o del socialismo, las revoluciones y los avances políticos hacia la democracia, el desarrollo sin precedentes de las ciudades y el crecimiento demográfico, etc. son aspectos básicos de esta explicación. Los estilos artísticos se suceden con rapidez, casi de una generación a otra; los artistas van conquistando mayores cotas de libertad, se desarrolla el mercado del arte, cambia la valoración de la obra y del artista, empieza el reinado de lo subjetivo, de la libertad individual frente a las imposiciones de la Academia, etc. Los avances tecnológicos inciden de forma espectacular en las posibilidades de la arquitectura (nuevos materiales), pero también cambian el papel o la percepción de la pintura (impresionismo) o la escultura (aparición de la fotografía).
A finales del s. XIX y principios del s. XX, surgen las vanguardias artísticas (fauvismo, cubismo, expresionismo, etc.). Se trata de movimientos y artistas que luchan por romper con la tradición desde planteamiento alternativos, que establecen nuevos retos y se adentran en territorios cada vez más arriesgados, enfrentándose a la crítica y al gusto dominante. La provocación, la experimentación, el subjetivismo, la influencia del arte de los culturas no occidentales (africanas o asiáticas) que el colonialismo está favoreciendo, la crisis del lenguaje artístico tradicional por su repetición y agotamiento, etc. El artista, liberado ya de la tiranía de la Academia, investiga por su cuenta, hace un uso arbitrario de los recursos tradicionales, o da la espalda a las convenciones; aparece el artista bohemio que luego los galeristas y museos convierten en marca, etc. Las vanguardias hacen que cambie radicalmente el papel del arte y la función del artista en la sociedad de su tiempo. Pero este cambio no ofrece, necesariamente, claves que faciliten su comprensión o permitan objetivar su naturaleza. Es el reinado de lo individual o subjetivo, de la obra de arte como objeto o mercancía, de la mercantilización del arte, en suma. La Primera Guerra Mundial (1914-1918) marcará un hito en la crisis moral y política de la civilización liberal, capitalista y burguesa forjada en el s. XIX; a partir de este momento, los artistas prosiguen su camino de búsqueda de nuevas formas de expresión.
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