Obra inconclusa del genial maestro realizada entre los años 1520 y 1540 . Escultura en mármol de 267 cm de altura. Actualmente se encuentra en la Galleria dell'Accademia de Florencia.
¿Quién es este titán que forcejea aprisionado entre las rocas?
Viaja hasta Italia y allí donde el mármol se hace carne, encontrarás la huella del gigante. ¿A quién representa esta figura? ¿De qué conjunto iba a formar parte? Explica las claves estilísticas de su autor y demuestra que te has empapado del espíritu del Renacimiento.
Efectivamente resultaba difícil, pero no imposible.
La tragedia del sepulcro, como Miguel Ángel llamó al encargo que el papa Julio II le hizo, no llegaría nunca a concluirse. En el taller del escultor quedaron algunas de las figuras que iban a formar parte de aquel megalómano proyecto, más cercano a la monumentalidad faraónica que a la humilde tiara de Pedro. Desde el año 1520
, Miguel Ángel continuó esculpiendo cuatro estatuas más de esclavos, con una medida más grande que la pareja del esclavo rebelde y el esclavo moribundo y menos acabados en su realización, con aspecto de
atlantes, conocidos como el
Joven esclavo,
Esclavo atlante,
Esclavo despertándose y
Esclavo barbudo. Permanecieron en el taller del escultor hasta el año 1564, cuando su sobrino Leonardo los donó a Cosme I de Médicis y fueron colocados en la gruta de Buontalenti del jardín de Bóboli hasta su traslado definitivo, en 1908 , a la Galeria de la Academia en Florencia.
Contemplar esta obra inacabada es aproximarse al genio conceptual y técnico del maestro florentino; el escultor, en realidad, "quita". a la piedra aquello que oprime a la forma que ésta contiene. En su poderosa expresividad, resulta demasiado moderna. El frío mármol se convierte en la ardiente prisión de este cuerpo pletórico de energia que parece cargar sobre sus espaldas con el peso del mundo, como Atlas. El contraste entre la aspereza de la piedra apenas desvastada y el modelado finamente pulido del cuerpo que en ella se halla aprisionado, no hace sino agudizar la tensión entre la vida encadenada y la roca que la contiene. La figura está a punto de liberarse, casi podemos sentir el milagro de una forma humana que pronto se despojará de ese ropaje rocoso para alcanzar la plenitud del aire, ya sin envoltorios opresores.
¿Es el hombre que se libera mediante un titánico esfuerzo de la tierra que lo aprisiona? ¿Es el hombre que carga sobre sus espaldas con el peso de la culpa de un mundo opresor y opresivo?. Nunca sabremos si esta obra inacabada quería decir lo que su propia anomalía sugiere, pero no importa. Tan fuerte es su carga dramática que expresa más en lo que calla que en lo que dice.