El examen constaba de dos ejercicios, de los que el alumno había de elegir UNO, como en años anteriores. El ejercicio A ha girado en torno a la ESCULTURA ROMANA y el ejercicio B, sobre la obra de FRANCISCO DE GOYA. Se ha respetado la organización del temario en dos grandes bloques: hasta el Renacimiento, el primero; y desde el Renacimiento, el segundo.
EJERCICIO A
IMAGEN 1. Estatua ecuestre de Marco Aurelio. 176 d. C.
IMAGEN 3. Augusto de Prima Porta. Finales del s. I-principios del s. I d. C.
IMAGEN 2. Relieves del Ara Pacis. 9 a. C.
TEXTO.
“Los romanos
diferenciaban los retratos idealizados (simulacra
achillea) y los retratos realistas (simulacra
icónica)… Los bustos y las estatuas imperiales identificados por sus
imágenes en las monedas, constituyen una serie icónica interesante. Las
estatuas, o eran aquileas o representaban al emperador con toga o en traje
militar con coraza… En los bustos, este carácter está señalado por el manto
prendido sobre un hombro. Conocidos y notables son los bustos de Augusto
infante y del mismo en su edad madura con expresión un tanto triste; el de
Marcus Iunius Brutus, uno de los asesinos de César, existente en el Museo del Capitolio”.
Mélida, José Ramón:
Arqueología clásica, Maxtor, Valladolid, 2008 (1933).
PREGUNTAS:
1.
Analiza
y comenta la imagen 1.
2.
Explica
las características de la escultura romana.
3.
Explica
la relación entre la escultura romana, la religión, el poder y la sociedad de
su tiempo.
EJERCICIO B
Imagen 1. La maja
desnuda. 1797-1800. Francisco de Goya.
Imagen 2. La Condesa
de Chinchón. 1800. Francisco de Goya.
Texto 1.
“En vida de Goya, la
guerra (…) y las hambrunas obligaron a muchas españolas a abandonar su tradicional
circunspección (…). Exceptuando a William Hogarth – quien, por lo demás,
observa la sociedad inglesa sólo para caricaturizarla -, probablemente no
exista ningún otro artista de los siglos XVIII y XIX que plasmara a las mujeres
en situaciones y roles sociales tan diferentes como Goya: mujeres de su tiempo
y no las habituales diosas griegas, sabinas raptadas o ideales morales como
Lucrecia que se quita la vida. Pinta lo que ve, por lo que provoca el escándalo
una y otra vez”.
Hagen, Rose-Marie y
Rayner. Francisco de Goya. 1746-1828. Taschen. Madrid. 2007.
Texto 2.
“En la España del s.
XVIII, socialmente atrasada y políticamente reaccionaria, los pocos
intelectuales abiertos a las ideas del iluminismo europeo (los “liberales”) no
son una fuerza política, no puede hacer más que vivir con desgarradora lucidez
la tragedia de una nación en proceso de regresión dentro de una Europa en
progresión. Goya es de éstos; para él, Europa es la brillante ironía con que
Tiépolo celebra los fastos de la decadencia de Venecia, es la crítica social de
Hogarth. Le interesan la teoría clasicista traída a España por Mengs y el
optimismo a lo Rousseau de Gainsborough, pero permanece escéptico”.
Argan, Giulio Carlo.
El Arte Moderno. 1770-1970. Fernando Torres. Valencia. 1975.
PREGUNTAS:
1.
Analiza
y comenta la imagen 1.
2.
Explica
las características generales de la obra artística de Francisco de Goya.
3.
Comenta
el contexto social, económico, político y religioso en España en la transición
del s. XVIII al XIX que envuelve la producción de Goya.
Antes de decantarnos por uno u
otro ejercicio, conviene
tomarse un par de minutos y leer con atención los textos que contiene cada uno de ellos; a veces son una importante fuente de información (o de
rememoración) que nos puede ayudar a orientar nuestro trabajo. Naturalmente, es fundamental estar en condiciones de poder realizar uno u otro ejercicio
(puede ocurrir que uno de los temas propuestos no se haya visto de manera
suficiente o adecuada; o no se hay visto en absoluto, que también…). Leídos los
textos, toca examinar las imágenes
que se nos proponen para ser comentadas
en cada caso; conviene decidir teniendo
en cuenta la globalidad del examen, y no sólo el que podamos hacer bien una
de las preguntas formuladas.
Recordad que, de momento, las preguntas se puntúan del siguiente modo: 4 + 4
+2; siendo la pregunta 3, sobre el contexto, la de menor valoración.
Si ya hemos decidido, adelante.
Os dejo la respuesta al ejercicio A. Más adelante, la del ejercicio B.
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Veamos
el ejercicio A. La escultura romana.
La mayor parte de los alumnos cuyos exámenes he corregido este año, han elegido esta opción. Sus razones habrán tenido.
1.
Analiza y comenta la imagen 1.
Vamos a seguir un método de análisis convencional: primero procederemos a la identificación (ya hecha en el examen) y clasificación de la obra; después, realizaremos una descripción y análisis formal-estilístico de la misma y, por último, comentaremos los aspectos iconográficos e iconológicos de la obra.
Identificación
y clasificación de la obra:
Se trata del retrato ecuestre del emperador
romano Marco Aurelio. Su tipología corresponde al retrato imperial. Se trata de una obra escultórica exenta o de bulto redondo. El material y técnica con
el que sido realizado es bronce dorado
al fuego y a la cera perdida, siguiendo la tradición de los grandes
broncistas griegos, de la que los romanos son continuadores. La obra fue realizada en el año 176 d. C. durante el Alto
Imperio Romano. Se desconoce al autor
o autores de esta obra, ya que en aquella época el artista era considerado un
mero artesano al servicio del cliente, en este caso el estado romano. La obra
estuvo originariamente ubicada en la plaza de San Juan de Letrán, en Roma;
durante el Renacimiento, Miguel Ángel, la trasladó a la plaza del Capitolio, en
Roma. En todo caso, este tipo de esculturas fueron realizadas para ser ubicadas en la plaza pública, como
parte de la propaganda imperial y de la configuración de la imagen política del
emperador.
Descripción
y análisis formal-estilístico de la obra:
El
emperador Marco Aurelio aparece montado sobre un caballo, retratado en actitud de pasar revista a las tropas. A diferencia de lo
que debió de ser habitual (túnica y paludamentum),
el emperador está vestido con la toga del filósofo y con el brazo extendido, en
un gesto que más que de saludo al ejército y al
pueblo romano, parece un gesto de ofrecimiento o de paz. El rostro del
emperador ha sido representado de forma minuciosa con una mezcla de realismo
e idealización, como era típico del retrato imperial de la época. Marco
Aurelio aparece barbado, como era
habitual en el s. II. El conjunto (caballo y emperador) presenta una composición equilibrada y cerrada. La
posición centrada del emperador, erguido pero equilibrado, la mano alzada, pero
marcando la línea horizontal, en actitud pacífica y no violenta, se complementan
con la postura del caballo, con la cabeza y la cola hacia abajo, y la posición
de las patas marcando el centro, a pesar de que una de las patas delanteras se
halle levantada (posiblemente se posaba sobre la figura de un bárbaro vencido,
hoy desaparecida). El jinete monta sin estribos, pues éstos todavía no habían sido introducidos en occidente. El resultado es un grupo
cerrado que inspira serenidad, mesura y equilibrio. La figura del emperador está desproporcionada respecto al tamaño del caballo, quizás para resaltar su poder y grandeza. Ambas figuras han sido
representadas con suma precisión y
riqueza de detalles, desde la anatomía del animal, las crines, la montura,
etc. hasta las sandalias o la riqueza de pliegues en la vestimenta imperial, con
su juego de luces y sombras, y la naturalidad con la que caen sobre la montura.
El conjunto es de un realismo veraz, no exento de idealización por la
majestuosidad del porte y la serena actitud del personaje imperial, que no aparece como un héroe militar, sino como un hombre de paz.
Comentario de la iconografía e iconología de la
obra:
Desde la época de la República romana ya se realizaban este tipo
de esculturas ecuestres, pero será sobre todo con el imperio, cuando se
desarrolle, en el marco del retrato imperial, el de emperadores en
actitud de revista militar (adlocutio)
y extendiendo el brazo en señal de saludo al pueblo y al ejército. La única
obra que ha llegado hasta nosotros con este esquema fue la de Marco Aurelio (en
bronce dorado al fuego), el resto se han perdido, dada la costumbre de fundir el bronce para reutilizarlo y el carácter pagano de estas esculturas. Este emperador era un hombre
pacífico y de razón, y así aparece retratado, no con los atributos
militares, sino con la toga del filósofo que domina con la razón. El simbolismo se reforzaba con la
presencia de la figura de un bárbaro que se hallaba bajo el caballo, hoy
desaparecido, según algunos historiadores.
Marco Aurelio Antonino Augusto, apodado el sabio, nació en Roma en el año 121; fue emperador desde el año 161 hasta su muerte en el año 180. Fue el último emperador de los llamados Cinco Buenos Emperadores (y el tercer emperador de origen hispano); está considerado como una de las figuras más representativas de la filosofía estoica romana, de ahí que se le represente con la túnica del filósofo, como una clara referencia a su dimensión intelectual y no sólo político-militar. A pesar de su talante pacifista, su reinado y gobierno estuvieron marcados por los conflictos militares en Asia, frente al Imperio Parto y en Germania, frente a las tribus bárbaras asentadas en el limes Germanicus, en la Galia y en río Danubio. La obra más significativa de M. Aurelio, como filósofo, fue la titulada "Meditaciones", escrita en griego helenístico, durante las campañas militares de la década de 170. Está considerada como un monumento al gobierno perfecto. La muerte de este emperador es el hito histórico que marca el fin de la época de mayor prosperidad del Imperio Romano, conocida como la Pax Romana.
Podemos
considerar, en consecuencia, el retrato del emperador como un retrato psicológico, además de político, ya que Marco Aurelio ha
sido representado en actitud pacífica y no violenta, como un filósofo que domina con la razón y no con la fuerza, a la figura del bárbaro bajo las patas
del caballo (hoy desaparecido). Es la
imagen del estadista pacifista (a pesar de que la mayor parte de su reinado
lo pasó guerreando contra los enemigos del imperio). La imagen transmite la idea de un poder sereno y sabio,
mesurado, coherente con su función propagandística y política, ya que refuerza
una imagen determinada del poder imperial romana, entonces en la cúspide y
plenitud del imperio.
Su influencia histórica será decisiva en la configuración del retrato
ecuestre en el Renacimiento, como
se aprecia en el retrato ecuestre del condotiero Gattamelata, de Donatello, o
en el Colleone, de A. Verrochio. Ambas obras serán decisivas, además, en
el desarrollo posterior de este tipo de retrato militar, político y
propagandístico durante el Barroco y
hasta época más recientes, en las que el poder (militar o monárquico) se
revistió de la pompa y circunstancia de esta tipología para enaltecerse. Si una obra de estas características ha sobrevivido es, según algunos, porque fue confundida con la estatua ecuestre del emperador Constantino, el que legalizó el culto cristiano.
2. Explica las características de la escultura romana.
Para esta pregunta, podemos utilizar la información que nos proporciona el blog en las diferentes entradas sobre la escultura romana. Aquí están los enlaces:
Para las características generales y el retrato romano:
http://tom-historiadelarte.blogspot.com.es/2007/11/la-escultura-romana-caractersticas.html
Para el relieve histórico narrativo:
http://tom-historiadelarte.blogspot.com.es/2006/11/la-escultura-romana-el-relieve.html
Para el retrato imperial:
http://tom-historiadelarte.blogspot.com.es/2006/11/fuentes-para-un-mejor-conocimiento-del.html
El planteamiento general ha de tener en cuenta que la escultura tuvo un fin
público en la antigua Roma: dar a conocer a los héroes romanos, así como los eventos que hicieron
la gloria de Roma y de su imperio. Los detalles y la fidelidad a la realidad son más
importantes que el respeto a los cánones. La belleza convencional del arte griego
se pierde en favor del testimonio y la verdad, como se observará al seguir la evolución plástica de su arte.
Los dos géneros
escultóricos romanos de mayor desarrollo fueron el retrato y el relieve
histórico, así que nuestra explicación habrá de abordar ambos ámbitos por separado. Un error muy frecuente de los alumnos ha sido el no explicar nada, o casi nada, del relieve histórico-narrativo, lo que denota una falta de visión de esta importante manifestación del genio romano. Tampoco han abordado muchos alumnos el retrato imperial en su amplia y variada dimensión; hay que evitar estas omisiones que penalizan el resultado final del trabajo.
Los siguientes esquemas visuales proponen una visión sintética de esta respuesta:
3. Explica la relación entre la escultura romana, la religión, el poder y la sociedad de su tiempo.
O sea, el contexto.
Es evidente que la escultura, como manifestación artística, está subordinada a los intereses del Estado romano y de sus clases dirigentes, por lo que no tiene autonomía como lenguaje artístico. Deberemos explicar, en consecuencia, las diferentes circunstancias con las que se relaciona, haciendo hincapié en su vinculación con la religiosidad romana (el culto a los antepasados, por ejemplo; o la representación de los dioses del panteón romano), su evidente servicio al poder político romano, dadas las necesidades propagandísticas del mismo para así poder construir una imagen del poder a lo largo y ancho del imperio (y no sólo a través de la moneda, como se sugiere en el texto). Y, Por último, el retrato está directamente relacionado con las costumbres de la sociedad romana que, aunque cambiaron con el paso de los siglos, mantuvieron algunas de sus constantes.
Esto es lo que se explica en este mismo blog:
La ROMA REPUBLICANA (509-27 a de C.) comenzó como una pequeña ciudad del Lacio, y acabó como un gran estado que controlaba todo el Mediterráneo. Las conquistas territoriales, basadas en una imponente máquina de guerra, el ejército romano, impulsaron la creación de un imperio territorial que abarcó toda la península italiana y parte de la cuenca mediterránea. Pero esta expansión territorial no eliminó las crisis sociales ni las guerras civiles en el interior de Roma. La riqueza que las conquistas trajo consigo alimentó el afán de poder de las élites romanas y la propia dinámica militarista y expansionista, que desembocaría en la abolición de la República como forma de organización política del estado, y la proclamación del Imperio como nueva forma de constitución política, solapándose con las viejas instituciones republicanas. En esta etapa se conjugan la influencia etrusca y una actitud de mimetismo hacia las realizaciones del arte griego (muy extendido en las ciudades de la Magna Grecia) y de los reinos helenísticos, continuadores, como hemos visto, de la tradición clásica. Es al final de esta etapa, a partir de s. II a de C., cuando podemos hablar de un estilo propiamente romano, continuador del clasicismo griego, pero no imitador del mismo.·
Con el IMPERIO (27 a de C.-476), Roma experimentó una profunda reorganización. El poder político y militar se concentra en una persona, el Emperador, que lo transmite a sus descendientes. El Imperio supone una forma de monarquía que los romanos despreciaban desde tiempos de la dominación etrusca, pero que se adaptaba perfectamente a las nuevas necesidades del gigantesco estado creado por las conquistas territoriales llevadas a cabo por la República. Los emperadores engrandecieron aún más Roma, impulsaron la conquista de oriente y consolidaron las fronteras políticas del imperio, que internamente fue dividido en provincias. El Estado romano sintió entonces la necesidad de manifestar su propia grandeza mediante obras al mismo tiempo útiles y colosales (combinación de pragmatismo y afán de ostentación política). Se recurrió de modo creciente a los elementos constructivos de las civilizaciones orientales como la bóveda. La arquitectura imperial romana se interesó vivamente por el espacio interior, donde se lleva a cabo la actividad humana. Esta preocupación por la función le distanció del carácter plástico de la arquitectura griega. En la escultura, el culto a los antepasados, rasgo heredado de la tradición etrusca, impulsó la individualidad del retrato. Roma, creó, en definitiva, un estilo propio. La escultura sirvió, además, para “narrar” la grandeza militar del Estado romano, a través del relieve en arcos, columnas, etc. La grandeza militar y artística del mundo romano alcanzó su cenit en el llamado “Alto Imperio” (s. I-III). A partir del s. III la civilización romana inició una lenta y profunda transformación que conduciría al Imperio a su desaparición.
Con la CRISIS DEL BAJO IMPERIO (s. III-IV), algunos emperadores trataron de mantener el prestigio del Estado mediante la construcción de edificios colosales. Pero estos gigantescos decorados apenas podían esconder la realidad de una civilización en decadencia, que había perdido la confianza en la capacidad de construir un mundo organizado La división del Imperio en dos, de Occidente con capital en Roma, y de Oriente, con capital en Constantinopla (Estambul) señaló el principio de esta decadencia. El agotamiento interno y la presión exterior de los pueblos bárbaros que durante siglos amenazaron sus fronteras hasta desbordarlas, determinaron la agonía de un imperio que aún tardaría dos siglos en desaparecer formalmente. Al replegarse de nuevo los espíritus hacia el mundo interior, la escultura perdió el interés por la realidad y evolucionó hacia un mayor conceptualismo y simbolismo. El cristianismo encontró en ella las formas adecuadas para desarrollar su propia temática y halló en la basílica romana, el prototipo arquitectónico idóneo para sus iglesias.
Algunas claves de la civilización romana:·
Sistema socioeconómico basado en la existencia de la esclavitud como pilar básico del modelo productivo. Las conquistas militares y la dominación de pueblos, convirtieron en esclavos a millones de personas libres, que pasaron a ser propiedad del estado o de particulares. El derecho de ciudadanía tuvo, hasta que el emperador Caracalla, en 211, lo convirtió el universal para todos los hombres libres del imperio, un carácter restrictivo. La libertad individual fue, como en Grecia, patrimonio de unos pocos. Y también, como la griega, la civilización romana fue una civilización urbana. Roma no sólo será la capital política del estado, sino el principal escenario para la grandeza de las expresiones artísticas.
· El sistema político romano fue muy diferente al griego. En sus orígenes, Roma fue una pequeña ciudad-estado, como las Polis griegas, pero su expansionismo militar determinó, también, la evolución de sus instituciones políticas. Roma fue una monarquía en la época en que estuvo dominada por los etruscos (s. VIII-VI a de C.). Se convirtió en una República aristocrática a partir de 509 a de C., dominada por un Senado que representaba a la nobleza patricia, y sometida a enormes tensiones internas de tipo civil y político por las ansias de libertad y participación en el gobierno de los llamados plebeyos. Las sucesivas reformas políticas permitieron que las instituciones se convirtieran en representivas del pueblo romano y de su voluntad de gobierno. No obstante, la preeminencia de las élites patricias y militares impidió que Roma se convirtiera en una auténtica democracia, como lo fue Atenas, con las típicas exclusiones del mundo antiguo. El militarismo y la rudeza romana, casaban mal con ese modelo. La enorme expansión territorial de la República y la importancia que el ejército adquirió en la sociedad romana, hizo inevitable la evolución hacia formas personales y autoritarias de gobierno. El Imperio necesitaba un “Emperador” capaz de dirigir con mano de hierro el complejo estado creado por los generales y las legiones romanas. Octavio será el primer emperador romano, con el nombre de Augusto.
· La romanización. Los territorios y pueblos que Roma fue incorporando a lo largo de su dilatada historia bajo su dominación política, fueron intensamente romanizados. La lengua romana, el latín, y la cultura romana se impusieron progresivamente, ya fuera “manu militari” o por interés propio. El derecho romano, y con él el imperio de la ley, se impondrá como fundamento normativo para la convivencia en un territorio tan vasto y heterogéneo como llegó a ser el Imperio Romano. De igual modo, las creaciones artísticas y las obras de ingeniería no sólo tuvieron a la ciudad de roma como escenario, sino a todo el Imperio. Acueductos, puentes, teatros, anfiteatros, ciudades, templos, etc. constituyen el mejor testimonio material de la grandeza alcanzada por la civilización romana.
· En cuanto al ámbito religioso, los dioses romanos eran los mismos que los griegos, aunque con distintos nombres. Júpiter era Zeus, como Venus era Afrodita. La religiosidad romana apenas difería de la griega, en el culto reverencial que los romanos sentían por sus antepasados. No obstante, hay dos novedades que conviene resaltar. La primera: en la época imperial el culto al emperador, convertido en dios tras su muerte, se convirtió en religión de estado. Este modelo de religiosidad política permitió mantener la cohesión de un imperio atravesado por multitud de expresiones y devociones religiosas. La tolerancia de todo tipo de cultos y religiones (sincretismo religioso) se conjugaba, al mismo tiempo, con el culto imperial. Este aspecto es el que condiciona la pronta conflictividad creada por el cristianismo, religión que no aceptaba más dios que el suyo propio y que negaba el carácter divino del emperador. De todas formas, el cristianismo, que empezó siendo perseguido y actuando en la clandestinidad, acabó convirtiéndose en la religión oficial del Estado Romano a partir del emperador Constantino (año 313), poniendo fin a siglos de “paganismo” e iniciando una nueva etapa en la historia del arte, de la que nos ocuparemos en el siguiente tema.
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En una próxima entrada, Goya.
Me gustó mucho la información.
ResponderEliminarpodrias hacer la opcion B, por favor , es que tengo el examen de goya en tres dos dias
ResponderEliminarpordrias hacer la opcion B lo mas rapido que puedas , por favor , es que tengo un examen de goya en dos dias, GRACIAS.
ResponderEliminarAmigo Bryan, si busca usted hallará la opción B convenientemente resuelta; no obstante, mi consejo es que se lo trabaje usted un poquito más... Nunca viene mal un trabajo personal que permita afianzar los conocimientos y entrenar nuestra competencia en el análisis de obras artísticas.
ResponderEliminarUn saludo
A mi parecer roma es el referente para todas las civilizaciones, ya que de allí provienen las historias mas importantes de la historia. saludos
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