9/28/2016

LOS EGIPCIOS SIN ENIGMA

He aquí una de las maravillas arquitectónicas de la Antigüedad: el colosal conjunto de pirámides de la llanura de Gizeh, en Egipto. Desde la Antigüedad las pirámides asombraron al mundo y no sólo por sus espectaculares dimensiones...¿Cómo pudieron hacerse tales prodigios? se ha preguntado el hombre desde siempre. Hasta que llegaron los estudios de Hollywood con sus fantásticas recreaciones históricas y sus no menos fantásticas explicaciones. Y eso, que no quiero hablar de los "enigmáticos" documentales históricos que pasan en el canal de televisión "Canal Historia", donde siempre nos quedamos a punto de saber la verdad ¡Ay! Y el remate es, como os he apuntado en clase, la de aquellos que se remiten a los extraterrestres para explicar tales maravillas; con lo fácil que es acudir a la ciencia y a las pruebas materiales... aunque las explicaciones sean incompletas, contengan dudas y sobre todo, carezcan de la magia surrealista de la pirotecnia extraterrestre.





Pero los egipcios eran gentes como nosotros, de carne y hueso. Con las mismas preocupaciones y con idéntico afán por la supervivencia. Sus obras son tan colosales y su religión y vida de ultratumba, en la que creían, tan misteriosas, que las mentes apasionadas y de pensamiento ligero rápidamente -y con poco tino- asocian lo egipcio con lo extraterrestre. Tal y como lo estáis leyendo. Tal vez sea porque, en nuestra prepotencia tecnológica, no podemos concebir que con humildes herramientas y una férrea voluntad a prueba de tiempo, sea posible erigir construcciones que no resultan menos desafiantes que las desgraciadas torres gemelas de Nueva York o cualquiera de los gigantes de acero y cristal que tachonan el perfil de las grandes megaurbes del planeta.

Hollywood aprovecha cualquier oportunidad y nos muestra el lado más novelero o de ciencia-ficción de la civilización egipcia, cada vez que se le antoja. Y ahí tenemos al coronel O'neill - encarnado por el actor Kurt Russell- y sus científicos del proyecto StarGate, dispuestos a desentrañar y resolver la paradoja de cómo fue posible que civilizaciones tan atrasadas construyeran semejantes obras.





Nótese en el cartel de la película cómo las pirámides aparecen, en medio del desierto, rodeadas de lunas y otros efectos especiales.




O este montón de beduinos que contemplan ¡Oh, milagro! el prodigio de la puerta a las estrellas


Aquí están nuestros intrépidos viajeros del tiempo y del espacio, escoltados por dos egipcios de tebeo. Como entretenimiento, además, la película es un pluf...y como hipótesis científica una verdadera estafa. La respuesta que daremos a tanto peliculero ignorante como anda suelto es:

Las pirámides se hicieron con tiempo, paciencia y ciencia aplicada.




Con tiempo: la Gran Pirámide de Jufu o Keops se tardó en construir 30 años. Nivelar, alinear el terreno y disponer el perímetro, fue la primera obra. Mientras se levantaban las diferentes hiladas de piedra se construía el arranque de las galerías y cámaras funerarias. De forma paralela a la construcción del muro se levantaron varias rampas, al menos, una de subida y otra de bajada.





Lo cierto es que todo este trabajo se debe a la acción continuada durante todo el año de aproximadamente entre 3.000-7.000 obreros -17.000 aproximadamente si contamos la vigilancia e intendencia- y de hasta 100.000 en momentos álgidos cuando el Nilo estaba en su periodo de crecidas y el valle anegado.Terminada la pirámide isósceles de 240 metros de lado por 146 metros de alto -112 metros tiene la Catedral de Amiens; hasta la construcción de la Torre Eiffel de Paris en 1889 (300 metros de alto) fue el edificio más grande del Mundo- se procedió a retirar las rampas y a recubrir la estructura irregular escalonada con planchas de caliza blanca pulida para dar su aspecto definitivo.



No hay prisa en un país, en una civilización en el estadio de la edad del cobre o calcolítico, donde aún gran parte del utillaje técnico era de piedra pulimentada. Lentejas, cerveza, datiles y mucha paciencia de los trabajadores al servicio del faraón-Dios Horus, llamado Jufu.




Con paciencia: la mayoría de las piedras utilizadas en el conjunto de la Gran Pirámide pertenecen a la meseta de Gizeh. Sólo las más duras y las más delicadas se traían de más allá de Assuan, por el río Nilo. El procedimiento de corte y desbastado era lento y tedioso. Primero se hacían orificios profundos en la roca y con sierras se creaba una linea de fractura. Luego usando la gelifractación o el aumento de volumen del agua helada por la fría noche del desierto, éstas se rompían. En otros casos se usaban cuñas para forzar la ruptura. Luego se pulían y tallaban hasta darle la forma de sillar. Subirlas por las rampas requería de pericia y paciencia. Suponemos que había 3.000 trabajadores fijos de media. Si aceptamos como buena también esa cifra y suponemos que cada grupo de trabajo podía tener una media de 10 personas, nos quedan 300 grupos para subir unas 132 o 133 rocas al día. Aún suponiendo que en la pirámide hubiese el triple de bloques de los afirmados en los recientes estudios, es decir, si rondase los tres millones, cada grupo tendría como misión diaria, subir un sólo bloque a lo largo de sus 12 horas de trabajo correspondientes, en los veinte años de construcción. Visto así hasta parecen "vagos" los egipcios. Rampas de tierra con un entramado de juncos y papiros engrasados, con troncos transversales para encajar maderos de protección y todo un jego de poleas y palancas para subirlas. Alucinante pero simple.
¿ Dónde están ahí las magias cósmicas y la tecnología extraterrestre?

Con ciencia aplicada: principio de la palanca, cálculo de pesos, medición de ángulos y mediatrices con varas al amanecer y al atardecer, niveles de agua, escuadras y plomadas,... Todo un mundo de supertecnologías. No nos sorprende que los arquitectos medievales con escuadra, cartabón, regla y plomadas construyeran Notre-Dame de Paris o la Catedral de León, pero rechazamos como imposible que los egipcios con semejantes "armas" pudieran construir la Gran Pirámide. ¡ Qué ilusos somos! ¡Cómo si sólo fuera el hombre actual capaz de hacer obras de ingeniería!. Mirad las Pirámides egipcias, la Muralla China, el anfiteatro Flavio o Coliseo, Santa Sofia de Bizancio o las grandes catedrales góticas europeas......¿Qué tienen que envidiar a los rascacielos de titanio y cristal que emergen de la banalidad de nuestras ciudades?


En el siguiente enlace podéis seguir de forma gráfica el proceso de construcción de una pirámide egipcia. Además, como comprabaréis, las hipótesis siguen abiertas; pero, por favor, nada de extraterrestres; todo humano, muy humano...recordad que los egipcios eran seres como nosotros, de carne y hueso.
http://www.20minutos.es/galeria/2301/0/construccion/piramides/egipto/

Esta entrada, que ya fue publicada en cursos pasados, ha sido posible gracias al buen hacer del profesor Javier Jiménez-Ridruejo, colega en esto de la enseñanza de la historia del arte y maestro en la motivación del alumnado, del que he tomado prestado la mayor parte de las explicaciones. No olvidéis visitar de vez en cuando su blog (está en la columna de la derecha: el arte por el arte).

9/27/2016

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL ARTE Y EL "ARTISTA" EN EL ANTIGUO EGIPTO

Cuando hablamos de arte egipcio, debemos alejarnos del concepto propiamente dicho. El egipcio no entendía el arte como nosotros en la actualidad. Los objetos no se creaban con una intencionalidad artística. Para todos nosotros el arte incluye reglas que permiten hacer las cosas bien, pero sobre todo es belleza, porque lo que confiere a un objeto su valor artístico es el hecho de estar bien hecho o ser una creación original, más que el sentido práctico para el que se ha creado. Ahora bien, el artesano egipcio, y decimos artesano porque no existía diferencia entre el creador de vasijas y el pintor de sarcófagos en cuanto a término artístico, hace las cosas en su sentido práctico. Muy pocas obras fueron producto del "arte por el arte". Un obelisco se crea porque representa el camino hacia el cielo, una pirámide o una mastaba es, ante todo, el lugar de residencia de los difuntos y los relieves de las tumbas tienen un sentido mágico y religioso. Obviamente tampoco podemos excluir el sentido de belleza de las manifestaciones egipcias, pues en ese caso ni los templos ni la orfebrería, por ejemplo, entrarían en el concepto, pero lo que se exigía era que un objeto realizase la función primaria para la que fue concebido y, posteriormente, que la ejecución resultase lo más perfecta y bella posible.
El artista era normalmente un funcionario al servicio del estado o de los templos. El oficio era aprendido en escuelas que enseñaban los cánones establecidos y normalmente pasaba de padres a hijos, en un flujo continuo de maestro a discípulo que asegurada la tradición y los necesarios conocimientos técnicos. Aunque el artista era anónimo (pues no firmaba sus obras y muy pocos nombres han llegado hasta nosotros) no lo era para sus contemporáneos y algunos estaban altamente reconocidos, como lo prueba la decoración de algunas tumbas de artistas. Pero el artista no tiene independencia en su creación, todo lo que creaba debía estar de acuerdo a unos cánones preestablecidos; es, por tanto, un artista al que no se le pide originalidad, sino oficio. Como ya observó Platón el arte es egipcio es repetitivo, se emplean los mismos colores en la pintura, los mismos esquemas de representación durante siglos. Pero esto no se debe tanto a la falta de imaginación o creatividad de los artistas, cuanto a la necesidad de mantenerse fieles a una tradición estética muy vinculada con el mundo de las creencias religiosas y funerarias, que no evolucionó a lo largo de milenios ¿Por qué iba a hacerlo el arte, si su función práctica era asegurar la supervivencia del difunto en el Más Allá?
En el arte egipcio lo más importante no era la belleza sino la perfección, y esta perfección había sido ya fijada 2.500 años antes de Cristo.



En el siguiente enlace podéis profundizar en el conocimiento del arte y la civilización egipcias:


http://www.egiptomania.com/arte

9/23/2016

ACTIVIDADES DE INICIACIÓN AL ANÁLISIS DE OBRAS DE ARTE. EL ARTE DE LA PREHISTORIA.

 Bisonte lamiéndose el flanco. 
Tallado sobre asta de reno. Hallado en la cueva de la Madeleine (región de la Dordoña, Francia). Cronología: 20.000 años. Dimensiones: 10 cm. de longitud.


Polícromos de la cueva de Altamira (Santillana del Mar, Cantabria, España). 
Cronología: 15.000-12.000 años AC. Paleolítico superior.

     Estimados alumnos y alumnas, aquí os dejo las dos imágenes que habréis de comentar, tal y como las hemos repartido en clase. Recordad que tendréis que aplicar el método de análisis explicado en el aula y, aunque podéis consultar algunos análisis de los que abundan en internet, lo importante es vuestro propio comentario. La información necesaria para realizar este trabajo la tenéis en el tema referido al arte de la Prehistoria, expresión de las primeras manifestaciones artísticas conocidas de la humanidad. No olvidéis la clasificación e identificación de la obra, su análisis formal, técnico y estilístico y la contextualización e interpretación de los posibles significados o función de las mismas.
Un cordial saludo y feliz trabajo.
Tomás.

9/13/2016

UN NUEVO CURSO: UN NUEVO COMIENZO.


    Un año más, un nuevo curso... la historia se repite. Este nuevo curso me acojo, otra vez, al venerable y sabio Tucídides y, como él, proclamo que la Historia del Arte es, también, un incesante volver a empezar.  
   Os doy la bienvenida a este nuevo viaje que iniciamos como otras veces, pero ya os aviso que nuestra travesía recorrerá las mismas tierras, islas o penínsulas, los mismos mares y océanos... bajo el mismo cielo que ilumina al ser humano desde el alba de los tiempos.
   Cuando lleguemos a la orilla de esa tierra prometida que es el mes de junio, vosotros ya no seréis los mismos y yo, bueno yo... seré un año más joven y, si los dioses quieren, también un poco más sabio, pues no hay mejor elixir para el conocimiento de la vida y la juventud de espíritu, que el contacto con las almas jóvenes y curiosas que despiertan al mundo del arte y de la vida.
¡Feliz travesía y que los astros nos sean propicios!

El profesor