
La obra ahora en entredicho siempre fue considerada una alegoría feroz de la guerra, ese coloso que amenazante se cierne sobre una multitud despavorida que huye en todas direcciones, puede verse también en uno de los grabados de Goya. Ahora los expertos, basándose en un análisis de la factura estilística de la obra y de la carencia de una documentación precisa que permita atribuir la obra sin sombra alguna de duda, han optado por atribuirla a un pintor menor que colaboró con Goya en la realización de los frescos de la ermita de San Antonio de la Florida de Madrid. El hallazgo de unas supuestas iniciales "A" "J" en la esquina inferior izquierda, les permite sostener esta hipótesis.
Ahora bien, las preguntas que deberíamos formularnos son otras:
¿Pierde valor artístico la obra por no ser de Goya?
¿Nuestro aprecio por la fuerza expresiva de "El coloso" quedará reducido por este hecho?
¿La "aparente tosca factura" del mismo (rasgo anticipatorio de estilos posteriores), que antes era tan expresiva y prometedora, hoy se vuelve simplemente "incapacidad técnica" del verdadero autor?
Tales preguntas nos colocan ante el espejo de la feria en la que se ha convertido el mundo del arte en la sociedad contemporánea. Goya es, como otros artistas de renombre y fama mundial, una marca antes que un nombre o un artista. La marca Goya, como la marca Picasso, es suficiente para revalorizar de forma automática cualquier obra, por muy escaso mérito técnico o artístico que ésta muestre. Por la misma razón, una obra antes reverenciada y admirada por su fuerza expresiva, hoy corre el risego de ser ninguneada y condenada a las sombras de un almacén. ¿Habrá que cambiar los libros de Historia del Arte?
En el horizonte acechan aquellos que consideran, también, que obras como "La lechera de Burdeos" tampoco son de Goya (¿no era un anticipo del impresionismo?), o que las no menos admiradas "Pinturas negras" son, en realidad, obra del hijo de Goya (¿No eran el anticipo del surrealismo?); en fin, parece que si seguimos despojando al maestro de tantos atributos, corre el riesgo de que su obra quede reducida a la de un "retratista de corte". ¿¡Huy! se me olvidaban los grandes lienzos de historia y las series de grabados.... ¿Habrá una mano oculta que los ponga en entredicho?. Y es que no todos los expertos opinan lo mismo acerca de este fenómeno de las desatribuciones.
Si te interesa esta noticia , puedes consultar en estos enlaces para formar tu propio criterio:
http://www.elpais.com/todo-sobre/persona/Goya/929/
http://www.publico.es/129925/goya/coloso/arte/prado
En todo caso, para mi la obra sigue siendo fascinante y profundamente expresiva, y creo que me da igual que "ahora" no sea de Goya, eso no le resta ni un ápice de su valor artístico, aunque he de reconocer que en una supuesta subasta pública, su valor de mercado caería estrepitosamente, ya que el producto habría sido despojado de su marca.
Un saludo y se admiten comentarios.