
Aquí está, en efecto, la dueña de tan hermosas manos. Los enigmas que la envuelven y la atmósfera soñadora que la enmarcan, son parte de este icono de la pintura del Renacimiento. Leonardo nunca quiso desprenderse de ella, a pesar de que fue un encargo ¿por qué? He ahí otro enigma que, tal vez, resolvamos en clase... manteneos a la espera.
Un saludo a todos y felicidades a quienes han disfrutado con el juego.