Estimadas alumnas y alumnos, comenzamos hoy una travesía que, si los dioses nos son propicios, durará nueve meses. Todo un proceso de gestación! Como Ulises y otros notables viajeros de la Historia, realizaremos un largo recorrido para adentrarnos en una epopeya que empezó, más o menos, con las pinturas de la cueva de Altamira.
Aquellas personas, hombres y mujeres, se adentraron en el misterio de la creación de formas animales y humanas que, aunque con un propósito del que sólo podemos formular hipótesis, los aproximan a nosotros en su afán de expresar y representar algo a través de la línea y el color. Hoy estas imágenes nos interpelan y seducen con su exacta precisión anatómica, con su mágica ubicación y su rico colorido.
Ya todo está dicho aquí, como señaló Pablo Picaso cuando visitó la cueva de Altamira y salió diciendo que
no habíamos aprendido nada, y han pasado más de 15.000 años. Y tal vez tenga razón....
Un poema de Cavafis, para llenar las alforjas:
Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.
Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.
C. P. Cavafis. Antología poética.
Alianza Editorial, Madrid 1999.
Edición y traducción, Pedro Bádenas de la Peña
Os deseo un fructífero viaje y que os crezcáis, como el viajero, ante las adeversidades y así lleguéis más sabios a vuestra Ítaca particular.
El próximo día, en clase, reflexionaremos juntos sobre algunas de las cuestiones que marcarán nuestro trabajo:
¿Qué es el arte? ¿Qué es arte y qué no? ¿Quién lo decide?¿Quién es el artista? ¿Cuál es el valor de una obra de arte? ¿Y su precio? ¿Para qué sirve, si ha de servir para algo, el arte?
Preguntas que, si dedicáis un rato a reflexionar, nos ayudarán a emprender este viaje. Feliz travesía.
Un cordial saludo!
El profesor